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sábado, diciembre 16, 2006

CESAR PEREZ


“Así han trascurrido estos últimos días, equilibrando hilillos de vida, que se han ido reinventando, hasta que solo uno me sostiene caprichosamente, para hacerme padecer la tardanza del final.” HACIA EL ABISMO.


Lo inevitable tiene que suceder; como alguno de sus personajes, Cesar se nos fue el día menos pensado y solo podemos hablar de su recuerdo, desde el dejo que suscita extensas conversaciones sobre literatura e historia y que ahora son pesadas nostalgias. La pasión del autor de la novela “hacia el abismo” fue la lectura. Fue un hombre profundamente enamorado de la literatura y la historia y más que cualquier juicio sobre su obra, recordare el amor por la letra impresa y su deseo descomunal por saberlo todo. Lo amigos, sabemos que algunos hechos nos permiten hablar de su vida, como un extenso poema en dos partes. Lo conocí cuando aun era un profesor, entregado al compromiso personal de construir una obra seria. Se inicia en la literatura con Alucinaciones, 1979, en medio del sol incandescente del Boon Latinoamérica que opaco a tantos escritores. Alguna vez Borges habló de los escritores nacionales y prefiguro como algunos no corresponden a la imagen de algunos países, a su historia o al carácter de sus letras. En Colombia algunos escritores son representantes e iconos de algunas regiones o ciudades. Andrés Caicedo lo identificamos con Cali, Mendoza patentiza en su obra la relación intima con Bogotá, Gonzalo Arango es Medellín y talvez se recuerde a Cesar Pérez como el escritor con una relación entrañable con Ibagué. Luz Mery Giraldo, refiriéndose a su ultima novela “Cantata para el fin de los tiempos” escribia: “El espacio alude a una ciudad provinciana donde transcurre la infancia y el proceso de aprendizaje vital del personaje y a una ciudad más grande donde se vivencia el abandono, la soledad el deterioro y la desilusión. Vale destacar que dadas las características, aunque ésta novela fusiona lo urbano, la escritura, lo mítico y lo histórico, se refuerza el espíritu de decadencia de la mentalidad individualista y desde la escritura ahonda más en lo esencial de la existencia que en lo realista y la revisión de la historia.” Se podría decir que esta dilucidación se refiere al escritor y no al personaje. La muerte, como alguno de sus personajes, siempre alude al vació…….no importa, aun nos queda su obra, amanecera y veremos.

lunes, diciembre 11, 2006

EL MUNDO DE LAS LETRAS EN EL 2006 UNA VISION MUY PERSONAL


Se nos fueron Moreno Duran y Arturo Alape, trabajadores incansables y quienes indudablemente hicieron un aporte importante a la literatura Colombiana. Del primero, “Taberna in Fábula”, constituye un libro, digno de leer o releer según el caso y “Pandora”.Sus novelas no son de fácil lectura, pero su valor es incuestionable. Los trabajos de Alape, tienen mucho peso como aporte a la investigación histórica nacional. El Bogotazo y el texto testimonial sobre la violencia son libros imprescindibles para entender la realidad presente que nos agobia. En los últimos años, Arturo dedicó casi todo su tiempo a la ficción, “el Cadáver insepulto” es un ejemplo esplendido de este esfuerzo. La otra noticia importante es el premio Tusquets, a Evelio Rosero, autor de la trilogía novelística 'Primera vez', conformada por 'Mateo solo' (1984), 'Juliana los mira' (1986) y 'El incendiado' (1988) y que de manera extraña, no ha tenido la resonancia que merece, por la excelente factura de sus obras y la esplendida renovación en el manejo del idioma coloquial. Eduardo García Aguilar expresa la realidad de este autor de manera esplendida en un articulo publicado por lecturas Dominicales del tiempo, que es pertinente citar: Han pasado los años y Rosero ha seguido ahí fiel a su estilo y a sus fantasmas sin ceder un solo instante a la feria de vanidades y corrupciones de la narrativa colombiana reciente, con sus ídolos falsos. Ya los adalides abusivos de cierta paraliteratura cantaban victoria haciendo tabla rasa de generaciones recientes y actuales y se pavoneaban como salvadores de pacotilla de la narrativa colombiana, acríticos y lambones ante el régimen que nos gobierna. Con las motosierras de su arribismo ya habían enterrado a excelentes escritores de la generación de la Bucholz, nacidos alrededor de los 40”. Existen paradojas y desfallecimientos, la suerte del libro “sin tetas no hay paraíso”, dice mucho de la mediocridad de nuestro periodismo cultural y la ausencia de lectores con algún sentido estético, aun así, no dejamos de alegrarnos por la venta masiva de esta mediocre novela. El libro testimonial “El olvido que seremos” de Fáciolince, de muy fácil y agradable lectura, es una muestra de un texto exquisito, que afortunadamente nos hizo olvidar la lectura pesada y fallida, para mi gusto personal, de “Angosta”, su ultima novela. Lipovetsky, nos sorprende con un excelente ensayo, denominado “Tiempos Hipormodernos”, como lo sintetiza la reseña de la editorial, el autor “muestra el hiperconsumo y el individuo hipermoderno: el hiperconsumo absorbe e integra cada vez más esferas de la vida social y empuja al individuo a consumir para su satisfacción personal; el individuo hipermoderno, aunque orientado hacia el hedonismo, siente la tensión que surge de vivir en un mundo que se ha disociado de la tradición y afronta un futuro incierto.” Vale la pena meterse en esta excelente dilucidación de nuestros tiempos desde la perspectiva del sujeto. Aconsejo leer, de anagrama, de Lubresic Dubravka, “El ministerio del dolor”, novela cargada de una nostalgia, que denota el olvido del individuo frente a las decisiones por encima de su individualidad: exilio, olvido, opresión. Las biografías: Mao de Jung Chang y Jon Hallyday y Pancho Villa de Paco Ignacio Taibo II. Seguiremos hablando en este Diciembre de otras lecturas.

domingo, diciembre 03, 2006

LAS INCERTIDUMBRES DEL PORVENIR


No solamente está en crisis el país, lo esta de la peor manera el discurso con la cual se pretende explicar: el emitido desde la academia en infinitos estudios; el que produce una clase especializada, cuya mayor virtud en apariencia es propiamente nuestra crisis; la clase intelectual; los especialistas; todos a uno parecen equivocarse en los diagnósticos, en la descripción del problema y por su puesto en los planteamientos de su resolución. Pero esta responsabilidad, de los que en apariencia, debemos pensar el país, ha sido una constante histórica. Si se hace una lectura minuciosa del pasado, las sorpresas son alarmantes. Desde el siglo XIX, hablamos de la desinstitucionalizacion de la nación, de la necesidad de una reforma estructural; de hecho el programa de Gobierno de la primera presidencia de Mosquera, en sus aspectos más generales, en nada se diferencia de lo establecido por Gaviria, cien años después. Parecemos sobrediagnosticados, existe desde hace veinte años una profesión nueva, la de los violentologos, expertos en el tema de la violencia Colombiana, publicando libros, revistas y artículos, incluso asumiendo tareas de dirección en el estado en conserjerías sobre el tema: La violencia de este siglo, la de los partidos en el cincuenta, la del narcotráfico, la de la guerra entre carteles y la penetración de una fuerza supraestatal, denominada paramilitarismo. Cual, es entonces el error de apreciación, como podremos articular el discurso con un cambio sustancial desde lo institucional, que significa una transformación general de nuestra sociedad. La crisis que vivimos, por razones del narcoparamilitarismo y su relación con la clase política y las instituciones, vuelve a replantear en el caldero el mismo tipo de soluciones de otros días: Constituyentes, revocatorias, juicios históricos, catarsis apoyadas en nuevas miradas de nuestro atribulado pasado y lo peor, la nación entera no le copia a tanto alaraque y pareciera que lo mas nefasto de cada crisis, es la insuficiencia para resolverla de manera estructural y la costumbre de vivir de tiempo en tiempo entre escándalos, masacres, des-institucionalización, que ha creado un mal peor, que no es otra cosa, que la incredulidad absoluta en el estado, en la clase dirigente, en la clase empresarial, con efectos gravísimos en la actitud de las personas: falta absoluta de responsabilidad frente a la sociedad, el deseo de aprovechar a cualquier precio las oportunidades para saquear el estado, de trampear, timar, sin ningún escrúpulo. Es difícil, volver a sembrar fe y sentido de pertenencia, en una sociedad dedicada a la rapiña; Pierre Bourdieu le preguntaba a los amos del mundo soterradamente, pregunta que traslado a los amos del país: Amos del país, ¿acaso ustedes dominan su dominio? O para decirlo más sencillamente, ¿saben qué es lo que están haciendo y todas las consecuencias que ello acarrea?…como cambiar……amanecerá y veremos