LAS TRANSFERENCIAS UN DEBATE QUE EXPRESA AL PAIS
La cesión de recursos de la nación a las administraciones regionales (departamentales y Municipales), mediante el sistema de transferencias, es tema de indiscutible referencia en el examen del estado de las finanzas territoriales de Colombia. Las transferencias son los dineros que el Gobierno les gira a las entidades territoriales. Según la Ley 715 del 2001, los departamentos, distritos y municipios deben gastarlas así: para educación, 58,5 por ciento; salud, 24,5, y propósitos generales (incluido saneamiento básico), 17 por ciento. Es preciso advertir que los departamentos y los municipios en materia fiscal han hecho la tarea y para hoy casí todos tienen superavit en las cuentas, cosa que no sucede con la nación.
Desde el 2006, como lo ordenó el Acto Legislativo 01 del 2001, las transferencias crecen al ritmo de la tasa de inflación más 2,5 por ciento.
Lo que busca el presidente Uribe con su polémico proyecto para reformar nuevamente la Constitución es que esa fórmula de transición, que debía aplicarse solamente hasta el 2008, se prolongue hasta el 2016.
Si la economía mantiene su ritmo actual, la medida podría ahorrarle a la Nación un monto equivalente al 1 por ciento del PIB, que le serviría para reducir su acostumbrado déficit (ver Gobierno, el papá).
Pero si el Congreso no aprueba la iniciativa, desde el 2009 el Gobierno deberá girar un porcentaje de sus ingresos corrientes que no podrá ser inferior al del 2001, o sea 42 por ciento.
William Ospina, en la columna de Cromos de esta semana expresaba que “la lengua española no llegó a descubrir sino a cubrir, a acallar, a borrar, a hacer flotar ruiseñores inexistentes, o existentes solo en el lenguaje, sobre la mayor variedad de aves del mundo. Y basta oír hoy a los políticos para saber que aquí las palabras no explican la realidad sino que la suplantan.” Alberto Aguirre al respecto y con asombro expresa en la misma revista: Álvaro Uribe, Presidente, tuvo la cachaza de decir: “El paro tiene razones políticas, porque la ley de transferencias lo que está es aumentando el presupuesto de la educación”. (Énfasis añadido). Los maestros, los Diputados de Colombia, los gobernadores, el secretario de Hacienda de Bogotá, analistas, calculan en billones (de 15 a 20) la merma de los ingresos regionales destinados a educación, por el recorte de las transferencias. Pero el Presidente dice que esos ingresos aumentaron.” Como les parece, la retorica presidencial vuelve a creernos estúpidos.
La cesión de recursos de la nación a las administraciones regionales (departamentales y Municipales), mediante el sistema de transferencias, es tema de indiscutible referencia en el examen del estado de las finanzas territoriales de Colombia. Las transferencias son los dineros que el Gobierno les gira a las entidades territoriales. Según la Ley 715 del 2001, los departamentos, distritos y municipios deben gastarlas así: para educación, 58,5 por ciento; salud, 24,5, y propósitos generales (incluido saneamiento básico), 17 por ciento. Es preciso advertir que los departamentos y los municipios en materia fiscal han hecho la tarea y para hoy casí todos tienen superavit en las cuentas, cosa que no sucede con la nación.
Desde el 2006, como lo ordenó el Acto Legislativo 01 del 2001, las transferencias crecen al ritmo de la tasa de inflación más 2,5 por ciento.
Lo que busca el presidente Uribe con su polémico proyecto para reformar nuevamente la Constitución es que esa fórmula de transición, que debía aplicarse solamente hasta el 2008, se prolongue hasta el 2016.
Si la economía mantiene su ritmo actual, la medida podría ahorrarle a la Nación un monto equivalente al 1 por ciento del PIB, que le serviría para reducir su acostumbrado déficit (ver Gobierno, el papá).
Pero si el Congreso no aprueba la iniciativa, desde el 2009 el Gobierno deberá girar un porcentaje de sus ingresos corrientes que no podrá ser inferior al del 2001, o sea 42 por ciento.
William Ospina, en la columna de Cromos de esta semana expresaba que “la lengua española no llegó a descubrir sino a cubrir, a acallar, a borrar, a hacer flotar ruiseñores inexistentes, o existentes solo en el lenguaje, sobre la mayor variedad de aves del mundo. Y basta oír hoy a los políticos para saber que aquí las palabras no explican la realidad sino que la suplantan.” Alberto Aguirre al respecto y con asombro expresa en la misma revista: Álvaro Uribe, Presidente, tuvo la cachaza de decir: “El paro tiene razones políticas, porque la ley de transferencias lo que está es aumentando el presupuesto de la educación”. (Énfasis añadido). Los maestros, los Diputados de Colombia, los gobernadores, el secretario de Hacienda de Bogotá, analistas, calculan en billones (de 15 a 20) la merma de los ingresos regionales destinados a educación, por el recorte de las transferencias. Pero el Presidente dice que esos ingresos aumentaron.” Como les parece, la retorica presidencial vuelve a creernos estúpidos.
