PROPUESTAS VARIAS
VISIONES DE CIUDAD
El ejercicio de escuchar a los diferentes candidatos para las alcaldías de las principales ciudades del país, en la voz de los que, se supone más la conocen, se han preparado para dirigirlas y por lo tanto tienen visión de lo que será su futuro, nos deja una lección de cómo cada región asume su destino. Lo primero que se vislumbra, es una repetición infinita de frases de Cajón, inevitable por de más, pues los problemas parecen repetirse: Movilidad, seguridad, empleo, desarrollo social. De otra parte, se ratifica que, el eslogan y el manejo que le dan los publicistas a sus campañas, vuelven las propuestas, muy simples, aunque sonoras y aparentemente atractivas, pero insustanciales. Dentro de este maremágnum, se deja ver en todo caso, en cada ciudad, el futuro que avizoran sus líderes, desde la perspectiva de la proyección que imaginan y planean, en medio del mundo competitivo en que se desenvuelven. Son varias las lecciones que podemos sacar de este panorama variopinto.
Bogotá se ahoga entre los problemas propios de una megalópolis y cada uno de los opcionados se debaten entre el metro o continuar el tramilenio; el gran problema social que implica tener la tasa de desempleo más grande del país; el cierre de sus principales hospitales; la marginalidad, la integracion con Cundinamarca; de fondo no hay una síntesis que determine algún norte, que mire a la ciudad como un todo, los problemas puntuales absorben la necesaria visón general que debería tener la capital Colombiana.
Cali, no tiene otra tarea que recuperar su liderazgo y recomponerse desde lo institucional, para poder asumir el señorío del valle, su carácter cívico, la fortaleza industrial de otros tiempos, y esa precocidad para implementar los mejore avances en materia urbana. Cali ha perdido todo aquello que la hizo grande, la sociedad se debate entre una inercia institucional que impide con su ineficacia empezar el proceso de reestructuración que le permita a la ciudad volver por sus fueros. Es evidente que existe una ausencia de liderazgo y la sociedad en general, tiene su cuota de responsabilidad al haber elegido pesimamente a sus burgomaestres de manera equivocada, respaldando una política clientelista y presta solamente a saquear a la arcas del municipio. Visto así el debate está centrado más sobre el pasado que sobre su futuro.
La costa, invariablemente, en cada una de las ciudades capitales, ha sido sometida a un zafarrancho que no tiene presentación alguna, entre acusaciones fuera de tono, los candidatos solo andan, descalificando con señalamientos oprobiosos a sus opositores, pero cada uno incurriendo curiosamente, en las mismas prácticas. Está región en apariencia, no tiene opciones serias para el cambio. Barranquilla, perdió cuatro años de administración por los lios judiciales de su alcalde y parece solo tener como tarea recuperar el tiempo perdido. Cartagena tiene tantos problemas, que hasta ahora, por lo bajo de la contienda, temo que no tiene asegurado ningún futuro serio y diferente en el que ha sucumbido en los últimos años. Santa Marta, se repite desafortunadamente entre los mismos errores, los mismos que han estancado injustamente a esta ciudad.
Bucaramanga, va ha dar por terminado el ciclo de la Anapo y la ciudad contraria a sus dirigentes, está por encima de los vericuetos de una política altanamente contaminada de malas prácticas. En este momento, los candidatos están por debajo de las expectativas que tiene la ciudad bonita y el sector privado suple con creces los errores de unos líderes anacrónicos.
El eje cafetero, mantiene una buena senda. Las tres ciudades han sabido responder a sus retos y los candidatos se mueven entre las opciones que determinaron sus predecesores. Se destaca en Manizales la presencia de un líder de las calidades de Jairo Antonio Mejía, que contrario a lo usual en nuestro país, ha demostrado en el sector privado y en el público, la capacidad para dirigir a Manizales, lo que evita improvisaciones costosas.
Capitulo aparte, requiere Medellín. Aquí los candidatos hablan de la ciudad, como una empresa, con una visión muy por encima del debate general que aporta otros municipios de la nación. Se habla de vender energía a Centro América. De la apertura del puerto en el Pacifico a tan solo tres horas y medio de Medellín. Del proceso de interconexión con el pacto Andino; de la revolución en Educación con la apertura de más seis megabilblotecas, la bibloteca de informática y TIC de EPM, de l inauguración de doce grandes colegios, modernos, pensados para el siglo XXI; de la integración mega plus con el metro…..en fin en Medellín se habla de desarrollo desde todas las dimensiones humanas y el debate responde ha variables globales y el reto que implica vivir en una sociedad altamente competitiva donde los errores se pagan muy caro.
Este es el país político, que no toca por patria, ojala las elecciones de octubre, nos den la posibilidad de ir enderezando el camino. Amanecerá y veremos.
VISIONES DE CIUDAD
El ejercicio de escuchar a los diferentes candidatos para las alcaldías de las principales ciudades del país, en la voz de los que, se supone más la conocen, se han preparado para dirigirlas y por lo tanto tienen visión de lo que será su futuro, nos deja una lección de cómo cada región asume su destino. Lo primero que se vislumbra, es una repetición infinita de frases de Cajón, inevitable por de más, pues los problemas parecen repetirse: Movilidad, seguridad, empleo, desarrollo social. De otra parte, se ratifica que, el eslogan y el manejo que le dan los publicistas a sus campañas, vuelven las propuestas, muy simples, aunque sonoras y aparentemente atractivas, pero insustanciales. Dentro de este maremágnum, se deja ver en todo caso, en cada ciudad, el futuro que avizoran sus líderes, desde la perspectiva de la proyección que imaginan y planean, en medio del mundo competitivo en que se desenvuelven. Son varias las lecciones que podemos sacar de este panorama variopinto.
Bogotá se ahoga entre los problemas propios de una megalópolis y cada uno de los opcionados se debaten entre el metro o continuar el tramilenio; el gran problema social que implica tener la tasa de desempleo más grande del país; el cierre de sus principales hospitales; la marginalidad, la integracion con Cundinamarca; de fondo no hay una síntesis que determine algún norte, que mire a la ciudad como un todo, los problemas puntuales absorben la necesaria visón general que debería tener la capital Colombiana.
Cali, no tiene otra tarea que recuperar su liderazgo y recomponerse desde lo institucional, para poder asumir el señorío del valle, su carácter cívico, la fortaleza industrial de otros tiempos, y esa precocidad para implementar los mejore avances en materia urbana. Cali ha perdido todo aquello que la hizo grande, la sociedad se debate entre una inercia institucional que impide con su ineficacia empezar el proceso de reestructuración que le permita a la ciudad volver por sus fueros. Es evidente que existe una ausencia de liderazgo y la sociedad en general, tiene su cuota de responsabilidad al haber elegido pesimamente a sus burgomaestres de manera equivocada, respaldando una política clientelista y presta solamente a saquear a la arcas del municipio. Visto así el debate está centrado más sobre el pasado que sobre su futuro.
La costa, invariablemente, en cada una de las ciudades capitales, ha sido sometida a un zafarrancho que no tiene presentación alguna, entre acusaciones fuera de tono, los candidatos solo andan, descalificando con señalamientos oprobiosos a sus opositores, pero cada uno incurriendo curiosamente, en las mismas prácticas. Está región en apariencia, no tiene opciones serias para el cambio. Barranquilla, perdió cuatro años de administración por los lios judiciales de su alcalde y parece solo tener como tarea recuperar el tiempo perdido. Cartagena tiene tantos problemas, que hasta ahora, por lo bajo de la contienda, temo que no tiene asegurado ningún futuro serio y diferente en el que ha sucumbido en los últimos años. Santa Marta, se repite desafortunadamente entre los mismos errores, los mismos que han estancado injustamente a esta ciudad.
Bucaramanga, va ha dar por terminado el ciclo de la Anapo y la ciudad contraria a sus dirigentes, está por encima de los vericuetos de una política altanamente contaminada de malas prácticas. En este momento, los candidatos están por debajo de las expectativas que tiene la ciudad bonita y el sector privado suple con creces los errores de unos líderes anacrónicos.
El eje cafetero, mantiene una buena senda. Las tres ciudades han sabido responder a sus retos y los candidatos se mueven entre las opciones que determinaron sus predecesores. Se destaca en Manizales la presencia de un líder de las calidades de Jairo Antonio Mejía, que contrario a lo usual en nuestro país, ha demostrado en el sector privado y en el público, la capacidad para dirigir a Manizales, lo que evita improvisaciones costosas.
Capitulo aparte, requiere Medellín. Aquí los candidatos hablan de la ciudad, como una empresa, con una visión muy por encima del debate general que aporta otros municipios de la nación. Se habla de vender energía a Centro América. De la apertura del puerto en el Pacifico a tan solo tres horas y medio de Medellín. Del proceso de interconexión con el pacto Andino; de la revolución en Educación con la apertura de más seis megabilblotecas, la bibloteca de informática y TIC de EPM, de l inauguración de doce grandes colegios, modernos, pensados para el siglo XXI; de la integración mega plus con el metro…..en fin en Medellín se habla de desarrollo desde todas las dimensiones humanas y el debate responde ha variables globales y el reto que implica vivir en una sociedad altamente competitiva donde los errores se pagan muy caro.
Este es el país político, que no toca por patria, ojala las elecciones de octubre, nos den la posibilidad de ir enderezando el camino. Amanecerá y veremos.
