AL FILO DE LA NAVAJA
En el día de ayer Colombia presenció uno de los espectáculos más deplorables de nuestra frágil democracia, por cuenta del enfrentamiento entre la Corte Suprema de Justicia y el Presidente de la República. El editorial del tiempo describe perfectamente la gravedad de lo sucedido: “Desconcertante y preocupante el espectáculo que han presenciado los colombianos por cuenta del duro enfrentamiento entre el presidente Álvaro Uribe y la Corte Suprema de Justicia. Es muy grave que desde las más altas cumbres de la rama ejecutiva y de la judicial se crucen acusaciones como que en la Sala Penal hay magistrados auxiliares incitando a criminales a involucrar al Primer Mandatario en un asesinato, o que desde la Corte se sindique al Jefe del Estado de obstruir la Justicia.” Varias conclusiones e interrogantes quedan en el tintero: Sí el presidente cree estar en medio de un complot de tan grandes magnitudes, por que no espera que las investigaciones que solicitó se adelanten y dentro de este marco se confirmen o se desestimen, antes de salir a descalificar y denunciar en los medios a los magistrados, colocando a la corte en una situación bastante delicada y donde desconoce totalmente los fueros. No cabe duda que las pataletas del señor presidentes y su soberbia, como quedó plenamente demostrado en el enfrentamiento con el periodista Daniel Coronel en la FM de RCN, se constituyen en un flagrante abuso de poder por cuenta de tomarse los medios de comunicación cada vez que se siente atacado, que si bien no podemos tildar de inconstitucional, éticamente deja mucho que desear, más cuando el fuero presidencial exige prudencia y ponderación para estos casos. Nos gusta que el señor presidente sea frentero, que tome el toro por los cachos, pero de ahí a extralimitarse con los medios de comunicación frente a ciertos hechos, por cuenta de asumir subjetivamente y solo basado en la carta de un Paramilitar, que está siendo perjudicado de sobremanera, no tiene justificación posible, pues como el mismo lo estableció en algunos entrevistas, si llamó al magistrado a averiguar sobre lo que estaba sucediendo, por que no creerle al magistrado y no al delincuente, que hace que este último tenga más credibilidad. Ahora que él Das, este investigando a mutuo propio a magistrado de la corte, está por fuera del marco constitucional y es una injerencia oprobiosa a su fuero. La BBC de Londres encabeza el problema en estos términos:” El proceso que intenta determinar los supuestos nexos con paramilitares de derecha de unos 41 congresistas, dos gobernadores, un ex jefe de la policía secreta y decenas de políticos más, acaba de comprometer al mismo mandatario.” El tiempo concluye: "El Presidente está preocupado con razón por la imagen de Colombia en el exterior y, en especial, por la comprometida suerte del TLC con Estados Unidos, al que justamente por estos temas se opone el prestigioso diario The New York Times. Pero su actitud de las últimas horas no contribuye a mejorar el ambiente. Primero porque Uribe aparece enfrentado a la Corte Suprema, que está dedicada, desde hace casi un año, a avanzar en investigaciones por 'parapolítica', la mayoría de las cuales son contra dirigentes que han apoyado al Primer Mandatario en las elecciones presidenciales y en el trámite de los proyectos del Gobierno en el Congreso. Y segundo, porque sus ataques a periodistas y medios de comunicación llenan de argumentos a quienes, en el exterior, dicen que Uribe no es respetuoso de la libertad de expresión. Enfrentarse en tan duros términos con la Corte que investiga a muchos políticos uribistas, y hacer lo mismo con periodistas y medios que indagan sobre estos temas y critican cuando sus convicciones los llevan a ello, es la peor estrategia para convencer, como decíamos en nuestro "frívolo" editorial de ayer, a los congresistas estadounidenses anti-TLC de que apoyen la iniciativa en Washington.”Esta controversia a quien puede favorecer. No cabe duda que a nadie. Amanecerá y veremos.
En el día de ayer Colombia presenció uno de los espectáculos más deplorables de nuestra frágil democracia, por cuenta del enfrentamiento entre la Corte Suprema de Justicia y el Presidente de la República. El editorial del tiempo describe perfectamente la gravedad de lo sucedido: “Desconcertante y preocupante el espectáculo que han presenciado los colombianos por cuenta del duro enfrentamiento entre el presidente Álvaro Uribe y la Corte Suprema de Justicia. Es muy grave que desde las más altas cumbres de la rama ejecutiva y de la judicial se crucen acusaciones como que en la Sala Penal hay magistrados auxiliares incitando a criminales a involucrar al Primer Mandatario en un asesinato, o que desde la Corte se sindique al Jefe del Estado de obstruir la Justicia.” Varias conclusiones e interrogantes quedan en el tintero: Sí el presidente cree estar en medio de un complot de tan grandes magnitudes, por que no espera que las investigaciones que solicitó se adelanten y dentro de este marco se confirmen o se desestimen, antes de salir a descalificar y denunciar en los medios a los magistrados, colocando a la corte en una situación bastante delicada y donde desconoce totalmente los fueros. No cabe duda que las pataletas del señor presidentes y su soberbia, como quedó plenamente demostrado en el enfrentamiento con el periodista Daniel Coronel en la FM de RCN, se constituyen en un flagrante abuso de poder por cuenta de tomarse los medios de comunicación cada vez que se siente atacado, que si bien no podemos tildar de inconstitucional, éticamente deja mucho que desear, más cuando el fuero presidencial exige prudencia y ponderación para estos casos. Nos gusta que el señor presidente sea frentero, que tome el toro por los cachos, pero de ahí a extralimitarse con los medios de comunicación frente a ciertos hechos, por cuenta de asumir subjetivamente y solo basado en la carta de un Paramilitar, que está siendo perjudicado de sobremanera, no tiene justificación posible, pues como el mismo lo estableció en algunos entrevistas, si llamó al magistrado a averiguar sobre lo que estaba sucediendo, por que no creerle al magistrado y no al delincuente, que hace que este último tenga más credibilidad. Ahora que él Das, este investigando a mutuo propio a magistrado de la corte, está por fuera del marco constitucional y es una injerencia oprobiosa a su fuero. La BBC de Londres encabeza el problema en estos términos:” El proceso que intenta determinar los supuestos nexos con paramilitares de derecha de unos 41 congresistas, dos gobernadores, un ex jefe de la policía secreta y decenas de políticos más, acaba de comprometer al mismo mandatario.” El tiempo concluye: "El Presidente está preocupado con razón por la imagen de Colombia en el exterior y, en especial, por la comprometida suerte del TLC con Estados Unidos, al que justamente por estos temas se opone el prestigioso diario The New York Times. Pero su actitud de las últimas horas no contribuye a mejorar el ambiente. Primero porque Uribe aparece enfrentado a la Corte Suprema, que está dedicada, desde hace casi un año, a avanzar en investigaciones por 'parapolítica', la mayoría de las cuales son contra dirigentes que han apoyado al Primer Mandatario en las elecciones presidenciales y en el trámite de los proyectos del Gobierno en el Congreso. Y segundo, porque sus ataques a periodistas y medios de comunicación llenan de argumentos a quienes, en el exterior, dicen que Uribe no es respetuoso de la libertad de expresión. Enfrentarse en tan duros términos con la Corte que investiga a muchos políticos uribistas, y hacer lo mismo con periodistas y medios que indagan sobre estos temas y critican cuando sus convicciones los llevan a ello, es la peor estrategia para convencer, como decíamos en nuestro "frívolo" editorial de ayer, a los congresistas estadounidenses anti-TLC de que apoyen la iniciativa en Washington.”Esta controversia a quien puede favorecer. No cabe duda que a nadie. Amanecerá y veremos.
