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sábado, mayo 16, 2009

EL DESGASTE DE LA SILLA PRESIDENCIAL
Es absolutamente incongruente la posición del presidente frente a los hechos escandalosos que le rodean y que están en contradicción flagrante frente al presunto respeto de las leyes y la democracia que predica a cada rato. Es evidente el proceso de desgaste del gobierno, salpicado por escándalos a granel, la mayoria comprometen al ejecutivo y es innumerable la lista de líos judiciales producto de un caudillismo desmedido y una concentración de poder absolutamente dañina. Se podrían enumerar casos que para cualquier democracia seria significarían la renuncia inmediata del presidente: Los falsos positivos con una lista de desaparecidos y asesinatos en cabeza de las fuerzas armadas, que constituyen un oprobio para el país, es preciso recordar que el presidente es el comandante en jefe de las mismas y responsable por lo tanto por omisión o por acción. El escándalo de la intervención de los teléfonos a un centenar de funcionarios y personajes de la vida nacional, por parte del Das, máximo organismo de inteligencia, directamente adscrito a la presidencia, hecho que guarda una similitud con el control inusitado y espurio que realizo Montesinos en Perú y que le permitió controlar al país y a la oposición, pero con un ítem que escandalizaría a cualquiera, desde las oficinas del Das se permitió cazar sindicalistas y programar asesinatos, allí se abrió una oficina al servicio del paramilitarismo en Colombia. Se esta tramitando en este momento en el congreso la aprobación del referendo, que permitirá el tercer periodo del Doctor Uribe, proceso que esta lleno de lo peores vicios, que van desde una errada definición del texto, una financiación cargada de escándalos con procesos judiciales a bordo y como si fuera poco, el congreso le ha metido la mano al texto en contra de toda la tradición jurídica al respecto y la doctrina, el presidente no se pronuncia al respecto. Como si fuera poco aun no están claros los procesos contra funcionarios cercanos a la casa de Nariño por la aprobación de las leyes que le permitieron al presidente su segundo mandato. El ex ministro de Agricultura sigue manejando el ministerio y su campaña se apoya en favores burocráticos, el ministerio de transporte es una pena y como si fuera poco, los dineros desaparecidos parecen no escandalizar a nadie. La actitud de los hijos del presidente frente al negocio de la zona franca de occidente no corresponde a las lecciones de ética impartidas por su padre. La lista es variopinta y lo más triste es que no existe una oposición seria, no hay una conciencia nacional que mida hacia el abismo que vamos, muy similar al que Fujimori produjo en el Perú. El problema no solo esta dando en Colombia, Venezuela está grave, Ecuador empieza a presentar los mismos síntomas y Bolivia ni hablar. Es imperdonable la posición del presidente frente a la liberación del hijo de Moncayo, no permitir que la senadora Piedad Córdoba haga la intermediación, la única exigencia de la Farc, resulta inhumano y cruel.