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sábado, septiembre 05, 2009

RADIOGRAFIA DE UN OPROBIO
Me Remito simplemente a trascribir la columna de Ivan Valencia, publicado hoy en el diario el "El tiempo" de Bogota, que describe a la perfeccion el oprobio del referendo y los vicios y corrupcion del ejecutivo:

¿Hasta dónde llegará Uribe?
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Hace unos meses, buena parte de los analistas pensábamos que el referendo estaba muerto, que no lograría las mayorías en el Congreso. Fundábamos esta convicción en las sombras éticas y legales que cubrían la iniciativa.
Creíamos que el presidente Uribe y la clase política no serían capaces de saltar sobre la sombra de la monstruosa corrupción que generó la primera reelección, de la cual dan fe los líos judiciales de dos ministros, las confesiones de Yidis Medina y Manuel Cuello Baute, la cárcel de Teodolindo Avendaño y ahora la escabrosa captura del senador Alirio Villamizar.
Que no se atreverían a soslayar las irregularidades en la recolección de firmas, el fraude en los topes de financiación, la intromisión de la captadora ilegal de dineros DMG.Nos negamos a creer que pudieran cambiar el texto con el cual acudieron a recoger las firmas, que lanzaba la oportunidad de la segunda reelección al 2014.
No imaginamos que pudieran mantener las mayorías parlamentarias sobre la base de tender un manto de impunidad política con una reforma que se negó a decretar siquiera 'la silla vacía' para los congresistas que tuvieron la osadía de aliarse con fuerzas ilegales para apoderarse del poder en las regiones y producir la más grande crisis humanitaria del Hemisferio Occidental.
O que acudieran a las interceptaciones telefónicas, a los seguimientos y a las presiones sobre los magistrados de la Corte Suprema, los periodistas y los líderes de la oposición, para amedrentarlos y lograr que bajaran la guardia frente a las pretensiones reeleccionistas.
No creíamos que el Presidente fuera capaz de zarandear a su propia coalición golpeando a dirigentes y grupos que lo han acompañado a lo largo de dos mandatos por el solo hecho de no apoyar su deseo de continuar en la Presidencia. Tampoco, que se atreviera a erigir como portaestandarte del referendo al doctor Fabio Valencia Cossio, atado como está a un hermano acosado por uno de los más grandes escándalos judiciales.
Nos engañamos. Nos negamos a ver la falta de escrúpulos y la astucia infinita de la coalición de gobierno. No queríamos aceptar que con el sólo argumento de la favorabilidad en las encuestas eran capaces de echar por la borda los más elementales preceptos éticos y las más sencillas normas legales.
Nos podemos engañar de nuevo ahora que el referendo inicia su trámite en la Corte Constitucional y empieza su carrera contra el tiempo para lograr que Uribe se pueda presentar como candidato en las elecciones de mayo del 2010.
Nos podemos ilusionar con la idea de que no someterán a presiones a los magistrados de la Corte Constitucional con la intención de que pasen por alto las irregularidades que se cometieron en el trámite del referendo. O con la creencia de que el Presidente respetará la Ley de Garantías, que estipula que en noviembre debe anunciar su candidatura y el 12 de marzo inscribirla oficialmente.
Podemos prestar oídos sordos a los rumores de que van a intentar por todos los medios revisar el censo electoral para disminuir el número de votos indispensables para la validez del referendo.Todas estas cosas nos pueden ocurrir. Porque no queremos aceptar que el presidente Uribe, aupado por lo peor de la clase política, está perdiendo aceleradamente todas las inhibiciones éticas y los principios democráticos y se está lanzando por el despeñadero de la arbitrariedad y el autoritarismo.
Debemos estar preparados para todo. Para otra escalada de acciones contra la Corte Suprema, dirigidas a impedir que prosiga su juicio a los parlamentarios. Para descalificaciones de los magistrados de la Corte Constitucional. Para una ofensiva contra el Registrador Nacional y el Consejo Electoral si se atreven a contradecir las ambiciones reeleccionistas de Uribe.