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sábado, abril 27, 2013

TIEMPOS CRUCIALES PARA LA PAZ EN COLOMBIA



La agenda de conversaciones entre el Gobierno Colombiano y la FARC  se mantiene en el mayor sigilo.  Se está cumpliendo a cabalidad y por los comunicados de prensa parece que hay acuerdos muy serios en materia de tierras, que resulta ser el tema más delicado y una de las causas del conflicto en sus orígenes. Para nadie es un misterio que este es uno de los temas fundamentales de la mesa. Pecault, un analista de muchos quilates habla de la “desterritorialización del conflicto, alega la supremacía de estos frente a los conflictos de territorialización, establece que la lucha es sobre todo por el poder político y militar y no tanto por consolidar territorios”. En otras palabras, por las rutas para el tráfico de drogas, las vacunas y el control de la extorsión no solo en zonas rurales sino en las centros urbanos, ósea por el empoderamiento tanto de los grupos guerrilleros y de las organizaciones criminales.  Según datos del Instituto Geográfico Agustín Codazzi, el 43 por ciento de la tierra en Colombia está en manos del 1,62 por ciento de propietarios. Esta cifra habla por sí solo del problema de la concentración de la tierra en el país por fuera de cualquier consideración ideológica. El Doctor De La Calle expresó este mes sobre el estado de la negociación en este aspecto: “Hemos pasado de las aproximaciones a los acuerdos alrededor de un proceso de desarrollo rural profundo", puntualizó el jefe de la delegación del Gobierno”. Y agregó: "Sabemos que estamos en un momento clave de los diálogos donde se requieren resultados, esto es, acuerdos en el tema agrario que nos permitan continuar con la discusión de los otros puntos de la agenda acordada”. Lo que subyace en medio de estas conversaciones es la posición recalcitrante de sectores que insisten en la salida armada y que han hecho hasta lo imposible para que fracase la  negociación. Está negociación es una radiografía del país, en ella se reflejan los radicalismos más extremos y la tacita posición de grupos que insisten en que sigamos en esta guerra infructuosa por razones múltiples y por su puesto de aquellos que apoyan la negociación.
Vivimos una violencia descarnada, atroz, generada por los grupos insurgentes, el narcotráfico, el paramilitarismo, las Bacrim y la delincuencia común, que el gobierno ha decidió enfrentar con toda decisión. Estos grupos al margen de la ley son conscientes que,  después de que se firme el acuerdo  se intensificarán las acciones del gobierno para erradicarlos de manera absoluta, lo que hace que sean reacios a los buenos resultados en la Habana y de hecho le pondrán palos a la rueda de la paz.
El presidente se la ha jugado en torno al tema de la paz, nadie discute esto. El congreso hasta la fecha lo ha acompañado en todo lo que ha necesitado en material legislativa, pero esta tendencia  cambiará por razones apenas obvias. El país político está en plena efervescencia, las elecciones están cerca y de los resultados de las negociaciones de paz depende la re-elección del presidente.   La oposición está alineando sus filas y de hecho alinderará algunos congresistas a sus listas.  La política en Colombia aun depende de varones, clientelismo y favores, estamos lejos de tener una sociedad educada en esta materia y que participe democráticamente. Debemos promover una sociedad educada en materia política, de ello depende que entremos a civilizar de una vez por todas la relación entre gobernantes y gobernados. El tema no es menor. De la participación consciente, educada y responsable de la sociedad civil en la composición del gobierno, la clase dirigente y la consolidación de la democracia  depende mucho que logremos superar en el país los graves problemas socio-económicos y de inequidad que nos agobian. Nunca hemos tenido un desarrollo equitativo, esta es una verdad irrefutable.
El país se mueve entre la posmodernidad y la barbarie. Vivimos en auge tecnológico sin precedentes hay una explosión de innovación a gran escala en el sector productivo, todo en medio de asesinatos a granel, guerra entre pandillas, narcotráfico y disputas territoriales por bandas criminales. Nos acostumbramos a vivir en medio de esta paradoja pero existe una verdad flagrante: En estos momentos los diálogos de paz son fundamentales para Colombia, desde estos acuerdos la plataforma para superar los problemas más álgidos quedará lista, sin ellos seguiremos a la deriva.
Que está pasando en la Habana. El gobierno se ha mantenido en la posición de no modificar la agenda, en no hablar del modelo de estado, en discutir una cambio a la composición de la propiedad de la tierra en zonas vulnerables, de hecho hay varias leyes aprobadas al respecto que le permiten al mismo tener herramientas: Ley de víctimas y tierras, zonas de reserva campesina, procesos de devolución de amplias zonas a sus antiguos dueños, incentivos sectoriales, apoyos  a comunidades rurales y retorno de los desplazados por la violencia. La FARC, insiste en una asamblea constituyente, en la participación directa de su dirigencia en política, en la necesidad de traer a la mesa a Simón Trinidad desde los Estados Unidos. Es muy difícil que se conceda esta petición, pero quedó expuesta con toda claridad. En esta etapa del proceso existen puntos de convergencia inimaginables en otros tiempos, esto quiere decir, que pese a las dificultades el proceso avanza. Ayer un grupo de congresistas demócratas americanos brindó un apoyo importante lo que es bueno para el proceso.
La agenda va hasta noviembre y la entrega de resultados parciales contribuirá a catalizar el objetivo marco que permitió su apertura. Estaremos atentos a la negociación, sobra declarar el apoyo irrestricto a la misma.


viernes, abril 19, 2013

VENEZUELA ENTRE LA LEGITIMIDAD Y LA DICTADURA



Este país está viviendo  momentos muy delicados, acrecentados por la elección presidencial, cuya votación fue el domingo y  favoreció al vicepresidente Maduro.  Los factores son múltiples y por una coyuntura excepcional: la muerte del caudillo, al caos convergen personas del mundo político, económico y social de toda índole y clase social, inferiores a todas luces, a las graves circunstancias que  rodean este maremágnum de hechos. El liderazgo ejercido por Maduro, de parte del Chavismo exacerbado, el de la oposición de unidad en cabeza de Henrique Capriles, no dan la talla, tienen polarizada la sociedad y  es apenas la punta del iceberg de una nación que ha padecido en los últimos cuatro años, una desarticulación paulatina del estado, una recesión económica sin precedentes,  indicies de corrupción inimaginables y lo que es peor, un problema descomunal de seguridad. Venezuela vive una dictadura con aparente legalidad, pues a base de reformas en los últimos catorce años, ha venido eliminando los principios mínimos de la democracia, los controles y contrapesos del estado, que terminaron en una concentración absoluta del poder en el ejecutivo.  Hasta ahora,  al Chavismo  le ha quedado grande su proyecto político, está en ciernes y ni siquiera hay un modelo inteligible.
El candidato Maduro tomó posesión el lunes en un acto que eliminaba un ejercicio del poder por  encima de la institucionalidad, pues la constitución establece con claridad  que al presidente del congreso le correspondía  asumir la presidencia con la muerte del ejecutivo. La diferencia fue realmente muy pequeña y la oposición en cabeza de Capriles pidió la revisión de los mismos apoyados en la ley electoral.  Esta situación terminó en una infinidad de declaraciones y manifestaciones públicas  de lado y lado que intensifican la polarización del país. El martes en el cacerolazo convocado por la oposición, hubo siete muertes. No fue la decisión más acertada esta convocatoria,   Venezuela no  hay una clase política que sea capaz de superar esta caótica situación con la altura y tesón que la misma requiere y menos manejar el modelo de estado  hibrido creado por el difunto presidente Chávez, donde todo quedó a medio  empezar, es ininteligible y el poder está atomizado para el usufructo de sanguijuelas de todo tipo, cercanas al presidente Chaves y ahora a Maduro.
Hoy el presidente ha sido reconocido por UNISUR, el reto de sacar a Venezuela de la crisis realmente no le da más tiempo y  debe demostrar con hechos, que está preparado para manejar esta nación rica en exceso, que ha despilfarrado su riqueza inexplicablemente, polarizada al extremo y con una crisis sin precedentes. De cómo plantee su gobierno, con quien decida gobernar y como supere sus problemas más graves, depende la paz y el futuro de esta nación.
Es un hecho que la oposición no estaba preparada para recibir el poder, por el infinito de personas encriptadas en los cuadros de mando, por la crisis económica y social, por la infinidad de compromisos adquiridos en 14 años de pésimo gobierno, que no sabemos en que terminarán, es una especie de clientelismo inacabable. Henrique Capriles debe prepararse para gobernar, debe hacerlo con absoluto rigor, no será fácil. Nadie puede negar que la oposición no tiene garantía para su ejercicio.
Solo nos queda esperar como se irá resolviendo este galimatías, que desborda nuestra capacidad de reacción.  En todo caso estaremos atentos y espero hacer un análisis completo respondiendo está pregunta: Que está pasando con Venezuela.

sábado, abril 06, 2013

LAS DOS COREAS Y LOS ESTERTORES DE LA GUERRA FRIA



Las amenazas entre las dos Coreas es el último vestigio de la guerra fría, que fue el pan de cada día entre las dos súper-potencias después de la segunda guerra mundial hasta la caída del muro de Berlín.  El peligro latente  por el eventual  uso de las armas nucleares por parte de los dos gobernantes de estas  pequeñas naciones, resulta absolutamente irresponsable y el solo hecho de saber que tienen acceso a semejante arsenal  causa estupor y refleja la capacidad de las mafias y antiguos funcionarios de la nomenclatura y el KGB soviético, como de grupos ilegales de los Estados Unidos, que trafican con plutonio y tecnología que les permite a estos países hacerse a semejante poder.
El mundo durante treinta años mantuvo una tensión que rayaba con la paranoia. La posible destrucción del planeta dependía de la decisión de pocas personas cuyo discernimiento no era el más confiable,  vislumbrábamos a cada rato una catástrofe sin precedentes. Esto produjo un mundo sobrecargado de espionaje y contra-espionaje, artilugios y micrófonos ocultos, que hoy son pieza de museo, espías dobles,  las mejores novelas sobre el tema de que se tenga lugar en la historia, del nacimiento del agente 007, los peores escándalos por la venta de secretos de estado de ambos bandos que conmovieron a todo el mundo por el componente de traición que implicaba y un  anecdotario digno de olvido.
“El término "guerra fría" fue por primera vez utilizado por el escritor español Don Juan Manuel en el siglo XIV. En su acepción moderna fue acuñado por Bernard Baruch, consejero del presidente Roosevelt, quién utilizó el término en un debate en 1947 y fue popularizado por el editorialista Walter Lippmann. Este concepto designa esencialmente la larga y abierta rivalidad que enfrentó a EE.UU. y la Unión Soviética y sus respectivos aliados tras la segunda guerra mundial”. Básicamente consistía en la lucha de cada bloque por aumentar su área geopolítica de influencia, ello conllevó a intimidar al enemigo a través de una carrera armamentística y espacial, las armas nucleares constituyeron el sistema de amenaza y persuasión de las potencias para ampliar su zona de influencia, a la vez de ser el medio dantesco para demostrar una supremacía militar al contrario.
En lo particular nunca se me  olvidará la lucha ideológica detrás de esta contienda. Se dio en Europa y Norteamérica y de ahí replico al mundo.  Fue un espectáculo de la razón y la dialéctica política con el soporte de la filosofía de la mano de los teóricos más importantes del pensamiento clásico,  los contractualistas que estructuraron  el estado moderno y aquellos que fomentaron la revolución francesa y la ilustración en el siglo XVIII. Con un acaloramiento sin igual,  se dieron debates cuya culminación más insigne fue el mayo del 68 en Francia, que tuvo consecuencias en todo el mundo. Aaron, Sartre, Camus, Althusser, Marcuse, Foucault, Lacan, para solo citar algunos de grata recordación y que hoy he vuelto a leer. Hay un texto hermoso sobre el tema: "Pasado imperfecto", de Tony Jud.
Corea fue una expresión negra de la guerra fría.. El conflicto entre Corea del Norte (comunista) y Corea del Sur (capitalista) se desarrollo entre el 25 de junio de 1950 y el 27 de julio de 1953. Corea fue una colonia japonesa gobernada desde mediados del siglo XIX hasta finales de la Segunda Guerra Mundial en 1945. El Japón imperial trató con enorme brutalidad a la población, sometiéndola a todo tipo de abusos y vejaciones [cita requerida]. Desde finales del siglo XIX los coreanos llevaron a cabo acciones de resistencia, pero sólo lograron algunos éxitos a finales de los años treinta, manteniendo una pequeña zona liberada en los bosques y montañas del norte en la frontera con Manchuria [cita requerida]. La derrota de Japón en 1945 sorprendió en la península coreana a un ejército japonés muy numeroso sin que llegasen a producir choques armados con los aliados en este territorio, únicamente algunas acciones en el norte con los soviéticos y los guerrilleros comunistas coreanos. Los aliados acordaron que las fuerzas Japonesas en la península de Corea al norte del paralelo 38 se rendirían a las tropas de la Unión Soviética, y al sur de este paralelo, a las de los Estados Unidos. La elección del paralelo 38 fue completamente arbitraria pero marcaría el futuro de Corea de forma decisiva al quedar dividido el territorio en dos estados en la práctica. Colombia tiene un capitulo particular en esta guerra. Enviamos en solidaridad con los americanos y Corea del sur un grupo de soldados, denominado Batallón Colombia.  Rafael Humberto Moreno Duran escribe una novela de ficción sobre este hecho. “Mambrú es el relato de las aventuras y desventuras del Batallón Colombia en la guerra de Corea, en el año no tan remoto de 1951. El gobierno, como quizá se recuerde, promovió la creación de un cuerpo de tropa encargado de arrimarle el hombro a coreanos del sur y a estadounidenses en defensa de la República de Corea, amenazada por Corea del Norte y por las "hordas amarillas", como entonces se decía, de la República Popular China”.  La historia de nuestros soldados no solo es trágica, sino que fue de las injusticias más tristes de nuestra historia de parte del estado, algunos soldados murieron, otros terminaron mutilados y casi todos con problemas psicológicos insuperables. El estado no les cumplió las promesas de indemnización y se convirtieron en un grupo aislado y olvidado que no dejó nunca de rogar por sus derechos en cada aniversario.