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domingo, octubre 26, 2014

COMO NOS DUELE MEXICO



Parte del ensimismamiento en que nos movemos gracias a la revolución de las técnicas de la información y el conocimiento, que nos mantiene en la virtualidad y en ocasiones nos saca del mundo, como sí lo que sucediera alrededor no nos afectara, viviendo en una especie de doble realidad, hace que hechos como el de México, que se nos está desengranando en violencias irrefrenables, pase  desapercibido. Todo los  días aparecen noticias que espantarían a cualquiera, que pondrían las alarmas al límite, pues están cargadas de sangre, masacres, asesinatos, sicariato y lo que percibo, es que pareciéramos no reaccionar y lo que es peor, el país afectado, México lindo, parece estar en una impotencia inexplicable.
El secuestro de  43 estudiantes hace aproximadamente un mes, en la ciudad de Iguala, estado de Guerrero, sur de México, con la ayuda de las propias autoridades locales, refleja el caos en que se encuentra la institucionalidad, el país en general ,como consecuencia del narcotráfico, los carteles concretamente, la ausencia del estado y la corrupción galopante que ha permeado a toda la sociedad, los cuales fungen como factores determinantes que producen estos penosos hechos.
La guerra entre carteles de la droga no deja sino muertos y desolación, los asesinatos se producen abiertamente, no hay control alguno, las autoridades están permeadas y en muchos casos son impotentes, la sociedad ha sido permeada por el dinero fácil y la gran mayoría de ciudadanos, están inermes entre fuegos cruzados y un estado contaminado e impotente.
Según datos de la Procuraduría General de la República (PGR) estos carteles -cuyas células y pandillas dominan extensas áreas del territorio mexicano-, obtienen ganancias anuales cercanas a los 40 mil millones de dólares. Ocho son las organizaciones que controlan la actividad narco y dan origen y cobertura al resto de los grupos: Los Zetas, el Pacífico (o Sinaloa), los Arellano Félix, La Familia Michoacana, Los Caballeros Templarios, el Nuevo Cártel de Juárez, el Cártel de la Barbie y el Cártel de los Beltrán Leyva.
Guillermo Trejo,  excelente analista del periódico el “País “de España,  trata de descifrar lo que está pasando: “Si el principal negocio del crimen organizado en México es el tráfico de drogas hacia los Estados Unidos, ¿por qué asesinar estudiantes que no tienen ninguna relación con el negocio?. Para entender los motivos represores del crimen organizado hay que empezar por reconocer uno de los cambios más importantes en la industria criminal de los últimos años: en Estados como Guerrero, Michoacán y Tamaulipas, el crimen organizado ya no solo intenta monopolizar el trasiego de la droga sino que ahora ha pasado a una nueva fase en la que uno de sus grandes objetivos es la toma del poder local, apoderarse de los municipios y sus recursos y extraer la riqueza local a través de la tributación forzada.  Para apoderarse de los municipios y sus contribuyentes, los grupos criminales empezaron por doblegar a las autoridades locales. Mediante el soborno o la coerción, fueron subordinando a los presidentes municipales en las zonas de conflicto”.
Una parte de la sociedad frente a estos hechos tan graves,  le apostó a la creación de  autodefensas, lo que ha significado que el remedio ha sido peor que la enfermedad y de ello dan cuenta las propias autoridades de México con tragedias como el secuestro de estudiantes, que nada  tienen que ver en el conflicto. Ahora existen violencias múltiples, que hacen su interpretación más difícil, reaccionar al crimen se volvió todo un desciframiento.
Me pregunto dónde están las reservas morales de México, donde está la academia, cual ha sido la reacción de la clase intelectual, pues el problema rebasa el canon y es preciso asumir el rescate de la institucionalidad y la autoridad con todas las fuerzas vivas de la nación.








martes, octubre 14, 2014

EL GASTO PÚBLICO EN EL ESTADO MODERNO

En Colombia se está discutiendo en el congreso la aprobación del presupuesto nacional, se aprueban las adiciones que tienen que ver con los gastos que implicaría el pos-conflicto, que no son pocos, que serán definidos en los acuerdos de la Habana, a esto se suman los compromisos de la agenda del presidente en materia de desarrollo y gasto social.  Esto en blanco negro significa, aprobar la bitácora de cómo se hará el gasto público en los próximos cuatro años.   
Cuando hablamos de “Gasto público”, nos referimos a un capitulo especialísimo de la economía.  Recordé el texto de Joseph Stiglitz de tanta importancia, cuando lo estudie comprendí lo relevante que es este componente como matriz general, como matriz del gasto, refleja los aspectos ideológicos que guían las políticas públicas, la manera como se asume la gobernabilidad desde la perspectiva macroeconómica y las políticas sociales.
El gasto público define como serán las relaciones entre el sector privado y el sector público, “que suelen tener una carga política e ideológica  muy alta”. Este componente se delimita las políticas públicas en materia de sanidad, defensa, la educación, la seguridad social, para citar solo los más importantes. Los gastos definen  los lineamientos en materia de impuestos y las  temidas reformas tributarias.
Esto quiere decir que el gasto público define como se desarrollaran las políticas públicas de un gobierno. Se hace necesario saber cómo funciona el estado moderno, para entender todo lo referente a este componente y dilucidar a claramente la bitácora aprobada por el gobierno, para determinar hacia dónde van sus políticas,  como concibe el desarrollo, los lineamientos sociales del mismo, pues en el mismo se define la matriz que determinará la gobernabilidad de un gobierno desde la perspectiva del gasto.
Este no es un tema menor, desde hace muchos años, los técnicos y economistas lo manejan con absoluta soberanía, sin someterlo a las discusiones que su importancia amerita, sin el componente ideológico que resulta vital, la gente fuera de quejarse no se preocupa por entenderlo a cabalidad, hablo de los profesionales, de aquellos que los afecta, pues desde su aprobación quedan asumidos como se derminará las políticas públicas. Esta discusión está circunscrita en Colombia a los gremios y el gobierno central, los demás no cuentan.







miércoles, octubre 01, 2014

LOS DIALOGOS DE LA HABANA COLOMBIA




Es necesario recordarle a los críticos exacerbados que la agenda de la habana establece unos protocolos, los que hasta ahora se cumplen a cabalidad con absoluto respeto de las partes. En cada tema se han  superado las diferencias y establecido convergencias, lo que les ha permitido firmar cada uno de los puntos puestos sobre la mesa, después de amplias conversaciones. Hasta la fecha, si no estoy mal, están en la etapa final, que tiene que ver con la reparación de las víctimas, la situación legal de los victimarios, el perdón, la restitución y reparación de las mismas.
He querido tocar de nuevo el tema de los diálogos y acuerdos por varias razones. La primera, que el gobierno  no actúa de manera homogénea, en un momento donde debiera existir una sola vocería. Parece que el ministro de defensa no ha entendido lo que está en juego, se le olvido que se decidió desde el principio dialogar sin el cese al fuego y obvio que esta decisión tiene consecuencias. A nadie se le debe cercenar el derecho de opinión, esta descontado, lo que no puede hacer el ministro es hablar como si no hiciese parte del ejecutivo, quien entre otra cosa,  se la está jugando por un tema de la más alta envergadura, pese a las críticas, continua con las conversaciones con el grupo de insurgencia, después de 50 años de conflicto, guiado no solo por la convicción en lo que hace, sino por los adelantos de la agenda propuesta que conoce muy bien. Las declaraciones del ministro van en contravía de la política de gobierno.
Lo que está sucediendo me recordó un texto del filósofo Habermas, quien hace un análisis de la validez de los actos del estado desde la perspectiva de la sociedad y el derecho, con una lucidez impresionante en uno de sus mejores textos: “Facticidad y validez”, ensayo que cae como pedrada en ojo tuerto sobre lo que está sucediendo en Colombia.
Este es un análisis de la A la Z sobre la legitimidad de la democracia, que va más allá del derecho y los actos simbólicos de la democracia. En el capítulo 8 y 9 habla de la política deliberativa, aspecto consustancial de las democracias, que desde la intersubjetividad reafirma y legitima la democracia por encima de las plataformas tradicionales que la soportan: el sufragio, la soberanía, las teorías contractualistas, la división de los poderes, la representación, para solo citar algunas, las cuales son de absoluta importancia.
Habermas después de reconocer la importancia de la norma, entra a desmenuzar eso que llama, sociología de la democracia, que está por encima de la misma, de los soportes aportados por la teoría del estado, del derecho, en todas sus manifestaciones, en el texto establece: “Hasta aquí hemos venido sosteniendo a examen desde el punto de vista del derecho una tensión entre facticidad y validez, que es inminente al derecho mismo. En lo que sigue el tema será la relación externa entre facticidad y validez, es decir la tensión que se da entre auto-comprension normativa del estado de derecho, explicada en términos de teoría del discurso y la facticidad social de los procesos políticos”.  Ya la relación entre poder y la autodeterminación de los ciudadanos actualmente se articula de múltiples maneras y esta es una de las formas de expresión de la democracia  por fuera de los canales tradicionales que reafirma la legitimación de la misma. La democracia, no solo se debe a la norma, ni a los actos del estado, ni al discurso, ni a la administración, muy a pesar de la importancia de cada uno de estos componentes, está por encima de estas variables, descifrar desde el poder esta relación es de suma importancia. Aquí entra el tema de las deliberaciones, entre otros, que se conecta con lo que sucede en la Habana. La respuesta es que los diálogos, las deliberaciones con la participación de la sociedad, sustentan la democracia por encima de los poderes que la anteceden. Es una facultad que la legitima y la expresa. Los Diálogos de la Habana, las reacciones que se producen, la documentación que surge a propósito del tema, las discusiones adentro del escenario de los acuerdos y por fuera, hacen parte legitima de esa otra parte del estado que está por fuera de la normatividad y el derecho y que son parte de una realidad social, por lo tanto, dentro del contexto teórico del filósofo Habermas constituyen un marco a tener en cuenta por fuera de consideraciones legales, que parecen des-legitimarlas, según los críticos consumados del proceso. El tema es mucho más profundo de lo que imaginamos y da para largo, pero está claro que la mirada al proceso no puede hacerse de manera sesgada, los acuerdos de la Habana son parte de una realidad social paralela al estado de derecho y están legitimados por los propósitos que persigue, no solamente porque de ellos depende gran parte del futuro de la nación, sino porque tienen la fuerza de decidir sobre gran parte de los temas que afectan a la población colombiana.