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martes, junio 10, 2014

JUSTICIA Y MEDIOS DE COMUNICACIÓN

La justicia en el mundo está sometida a la presión indebida de los medios de comunicación, estos nos sólo acceden a la reserva del sumario por conductos no santos,  convirtiendo los procesos en un espectáculo público, un factor de rating, que en nada favorece al cumplimiento de las responsabilidad de la rama judicial,  sino que además generan una influencia perversa, cuando  exponen irresponsablemente pruebas, entrevistan sospechosos, argumentan, contradicen en temas  sustanciales, mucho antes de ser tratados en la respectiva audiencia de acuerdo al procedimiento de ley.



Es un virus mundial, inevitable además con la explosión y revolución de las comunicaciones. Recuerdo el juicio de Simpson por el asesinato de su esposa, que resultó u novelón, un oprobio y la muestra flagrante de la indebida penetración de los medios en la justicia. Al final nada se dió como debía y el resultado fue nefasto, como hecho paradójico el señor pese a la carga probatorio en su contra resultó libre. A partir de este evento triste para la justicia, los ejemplos son innumerables: El caso Berlusconi en Italia, el triste evento del ex presidente del FM Dominique Strauss-Khan, quien fue arrestado en el aeropuerto neoyorquino John F. Kennedy tras ser acusado de agresión sexual por parte de una camarera del Hotel Sofitel de Manhattan donde se había alojado, plato gourmet para la prensa quien asumió el caso como suyo y lo permeo al final. La prensa no solo este pendiente y a la caza de lo que se produzca en materia de justicia y que sirva a sus intereses, sino que los promueve, actúa como ente acusador, confronta, indaga y acusa.

En Colombia los ejemplos son infinitos y cínicos. El más connotado el caso Cárdenas, todas las investigaciones; las acusaciones e imputaciones penales de la campaña presidencial; que no son pocas; los falsos positivos; los escándalos del carrusel de la contratación en Bogotá; el caso de los Nule; las investigaciones contra la Gata; el infinito de denuncias contra la clase política; los desfalcos de interbolsa, para citar los más emblemáticos. En cada uno de estos procesos la actitud de los medios fue diabólica.

Cuando un ciudadano cae en la mira de un fiscal o de un error de la justicia, que todos los días los comete a granel, no hay quien pueda hacer algo, se pudre entre los avatares de la burocracia judicial. En cambio el poder de los medios cuando se trata de mover el aparato judicial es sorprendente, en un minuto resuelven lo que mil memoriales no han podido hacer.


Imposible mitigar este efecto, solo le queda a la justicia mantener la poca independencia que reguarda. No dejarse permear será el reto que le permita actuar en derecho. Por ahora, la justicia será un espectáculo más, no hay nada que hacer. Aquí les dejo un ejemplo.