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sábado, enero 23, 2016

LA ENFERMEDAD DEL CANCER

Para algunos analistas fue muy emblemático que el presidente Obama se refiriera a las responsabilidades que tiene Norteamerica con aquellos científicos que trabajan en el descubrimiento de la cura del cáncer, que parece está muy cercana, en el discurso de la unión, le expresaba al congreso que se hace necesario proveer los recursos para darle termino a tan noble propósito por el bien de la humanidad. Esta enfermedad se ha convertido en un verdadero flagelo. en los últimos años se ha incrementado exponencialmente sin que hasta ahora nada se haya podido hacer, fuera de las políticas de prevención, la medicina propiamente preventiva, algunos avances en materia de cirugía  y aquellas aplicaciones de quimo, que manejadas a tiempo resultan muchas veces la salvación de muchos pacientes.
Que es el cáncer: “Cáncer es el nombre que se da a un conjunto de enfermedades relacionadas. En todos los tipos de cáncer, algunas de las células del cuerpo empiezan a dividirse sin detenerse y se diseminan a los tejidos del derredor. El cáncer puede empezar casi en cualquier lugar del cuerpo humano, el cual está formado de trillones de células. Normalmente, las células humanas crecen y se dividen para formar nuevas células a medida que el cuerpo las necesita. Cuando las células normales envejecen o se dañan, mueren, y células nuevas las remplazan. Las células cancerosas pueden tener la capacidad para influir en las células normales, en las moléculas y en los vasos sanguíneos que rodean y alimentan las células de un tumor— una zona que se conoce como el microambiente. Por ejemplo, las células cancerosas pueden inducir a las células normales cercanas a que formen vasos sanguíneos que suministren oxígeno y nutrientes, necesarios para que crezcan los tumores. Estos vasos sanguíneos también retiran los productos de deshecho de los tumores. Las células cancerosas, con frecuencia, son también capaces de evadir el sistema inmunitario, una red de órganos, tejidos y células especializadas que protege al cuerpo contra infecciones y otras enfermedades. Aunque ordinariamente el sistema inmunitario elimina del cuerpo las células dañadas o anormales, algunas células cancerosas son capaces de "esconderse" del sistema inmunitario”[1].
El cáncer, junto con la depresión son las enfermedades típicas del siglo XX y XXI, su incremento tiene que ver con el modelo de desarrollo que hemos escogido y las condiciones en que vive entreverado el ciudadano común; hoy es un problema de estado, por ello el presidente Obama expresó su preocupación al respecto y la necesidad de buscar una salida científica a la cura de la misma. Otra ítem grave, es que el sistema de salud para estos casos no funciona, es un verdadero caos y muchas veces es un factor determinante de resultados negativos, por lo des-articulado del mismo, cito el caso Colombiano, no hay como atender bien a un paciente con cáncer, todo le llega tarde, es un oprobio.
Cada sociedad produce sus propias enfermedades, recibimos las consecuencias del sistema que adoptamos o aceptamos sin ninguna resistencia. He visto comunidades de vegetarianos, de ecologistas, alternativos de todos los tipos, oponiéndose a la mayoría de costumbres irresponsables en materia de nutrición, a los estilos de vida que nos hacen daño, contra la opulencia irresponsable y el consumo desbordado, producto de una vanidad mediática. Pienso que debemos tomar partido y no podemos seguir como si nada estuviera pasando, este es el mensaje.







[1] http://www.cancer.gov/espanol/cancer/que-es

sábado, enero 09, 2016

LA ECONOMÍA PARA EL AÑO 2016

El 2015 fue testigo de trabajos muy serios en el mundo sobre la inequidad social y la distribución de la riqueza, como los ricos se hacen cada vez más ricos y el resto de la población vive entre angustias por cumplirle a una élite que desde el poder, todos los días le siembran  obligaciones y más servidumbres, en un especie de esclavitud, producto de una sociedad deseante, vanidosa, frágil, en una entropía lacerante, la cual impera sin reversa en casi todo el planeta, a ello han contribuido la revolución de las TIC . No solo están escritos con absoluto rigor, como el de Pikety, sino que pretenden resolver un problema generado por las imposturas del capitalismo voraz que hasta la fecha nadie parecía cuestionar seriamente. Lo digo porque en medio del desaceleramiento de la economía, los niveles bajos de los precios el petróleo, la inercia comercial de los países emergentes, la crisis general de la producción en el mundo, las bajas ventas en la mayoría de la gran industria, y la caída sin precedentes de las bolsas,  el tema de la inequidad que hasta la fecha solo había sido preocupación de la academia, no parecía importunar a nadie más, pese a que las alarmas en este tópico son muy graves y no se ven soluciones a la mano. Miremos los pronósticos para el 2016. Europa registró uno de los peores balances comerciales en el 2015, definitivamente su economía no despega pese a todo lo que han hecho, tanto la comunidad, como los gobiernos de manera independiente para superar la crisis que los mantiene postrados desde hace tres años; la economía de los Estados Unidos presenta mejores balances, pero aún no jalona al resto del mundo, pese a su recuperación lenta. Todo está mal en materia económica, en todo caso continuamos como sí nada pasara, el desarrollo continua basado en el consumo irresponsable, hay apertura de bienes y no de personas, paradójico, pero así es, el ser humano no pasa. existe una crisis migratoria sin precedentes y solo se emiten leyes regresivas al respecto; el modelo económico se olvido de los ciudadanos marginados, el ciudadano de a pie vive cubriendo negros, saltando matones, esto lo ha vuelto uno ser depresivo, angustiado, presionado en cada segundo de su existencia, abocado a un callejón sin salida, es un hecho fatal, vivimos sobre-facturados y cada día con más obligaciones: No basta tener el nivel universitario, se hace necesario el posgrado, la maestría y el doctorado, es indispensable saber dos idiomas como mínimo, una persona tiene más de diez gastos obligatorios en su vida diaria, el Iva, ese impuesto directo en lo absoluto de todas nuestras compras se convirtió en la carga más injusta a lo largo del planeta; aparecieron nuevos gastos, alguien se imagina la vida sin un celular, sin Internet en la casa, frente a estas imposturas somos testigos impotentes del crecimiento desbordado de las multinacionales que han dejado el concepto de soberanía por el suelo imponiendo no sólo mercancías sino políticas en el mundo, estilos de vida, la forma de pensar y sentir, de valorar, sin importarles los daños ambientales y sociales que producen, y como si fuera poco, las ganancias terminan en el centro siempre, en manos de pocos y en la periferia nada cambia. Todos los analistas leídos entre diciembre y enero pronostican un año pésimo, no solo en barrena, en una fase inercial, sino que puede entrar en una recesión peligrosa. Como el cuento de Gabo, expresan a granel, algo malo va a pasar, nadie, absolutamente nadie habla bien del año 2016 en materia económica, ni siquiera se refieren a eso que los economistas llaman re-acomodamiento de la economía, año de ajuste, no, todos hablan de desa-celeración, pronostican que la caída de los precios del petróleo a niveles nunca vistos se mantendrá, habrá mucha debilidad de la economía en los países emergentes para aguantar el momento y por supuesto no es difícil adivinar lo que pasará en materia de empleo y los efectos sociales por efecto de todos estos hechos.
El capitalismo desde hace mucho tiempo requiere un cambio serio, hay que mirar el modelo, la política es muy seria para dejarla en manos de los economistas, de los técnicos y menos de los fondos de inversión. Más política en todo el sentido Aristotélico y menos voracidad e individualismo, la economía no puede seguir en esa carrera loca a que la sometió la apertura y el mercado, eso que se llama la mano invisible. todos hablan de desaceleración, por qué nadie hace nada, donde están los gobiernos, las políticas, esa es la pregunta que dejo en el sonajero. Repito,  no hay otro modelo a la mano, pero está claro que se pueden haber políticas más justas, más equitativas, abrir las oportunidades a todos los miembros del conglomerado social, creo que la justicia social deberá volverse política de estado, es un hecho, falta voluntad política.


lunes, enero 04, 2016

EL ÚLTIMO ADIÓS

Algún día Ana escuchó de su hermano:Después de su muerte esperaba que se sembrara un árbol nativo con sus cenizas en el parque Tayrona de Colombia, lo hizo de manera casual y Ana expresó la misma voluntad. Esta afirmación premonitoria marcaría los últimos quince días de diciembre del 2015, se había convertido en una especie de sentencia. Aquel deseo la describía en su totalidad, Ana fue una mujer comprometida con el universo, convivió en paz con la naturaleza en medio de las complicaciones propias de la sociedad de consumo, nunca permitió sesgos frente a esta posición.
Las cenizas de una persona sintetizan en esencia lo efímero que somos y la grandeza de la vida en la finitud implacable. Más cuando de manera súbita una enfermedad nos arrebata a alguien con la que compartimos absolutamente todo. Hablar de vacío, de ausencia, de derrota o de duelo no es suficiente. El sentimiento de impotencia es absoluto y empezamos a sentir que realmente estamos de paso, esta no es una frase de cajón, es un hecho nuestra decisión cuenta muy poco respecto a la hora de partida.
Salí junto con mis tres hijos, Mariana, Santiago, Isabella, la madre de Ana, Ana Emilia y el tío Hugo el 21 de Diciembre hacía el parque Tayrona en un bus moderno vía Caucasia hacía la Sierra Nevada. Íbamos exactamente a la zona conocida como Minca, cerca de Santa Marta, que hace parte de la parte baja del Tayrona, por la salida de Santa Marta a la Guajira.
El viaje desde que Salimos se convirtió en una reflexión sobre la vida, sobre la pareja, la familia y por supuesto sobre la soledad. Allí nos encontraríamos con su Hermano Jorge, el propósito era darle cumplimiento a un deseo de Ana sagrado para todos.  
Cuando uno ha tenido en sus manos las cenizas de una persona a la que amó profundamente, con la que compartió los últimos 18 años de su vida, cuando sabe que en esa pequeña caja esta todo lo que fue desde la perspectiva física, comprende la grandeza de la existencia, del espíritu, la capacidad creadora del ser, de la conciencia, el privilegio que significa vivir y paradójicamente lo vulnerable que somos. Bamville, el escritor Irlandes dice, “que uno no recuerda sino que uno inventa”, que el recuerdo siempre es una invención. Pienso que puedo decir sin temor a equivocarme que Ana nunca fue inferior a sus principios y a la dimensión ética de su vida. Fue  sencilla, leal y profundamente religiosa, pero en esencia libre-pensadora, respetaba las posiciones del otro sin ningún sentimiento de manipulación o indiferencia, lo hacía con absoluta tolerancia. Nunca conocí una persona que supiera escuchar con tanto respeto como ella. Difícil encontrar una interlocutora de tanta calidad.
El viaje, me llenó de temores, por lo que pensaran mis hijos, por eso que llamamos catarsis, por nuestro futuro, por el sufrimiento de la madre de Ana, quien aun no comprende que pasó ni menos como se dio este desenlace fatal, de tanta trascendencia en su existencia. Fueron más los silencios que las palabras, el respeto, cierta incomprensión e impotencia, como una especie de fragilidad expuesta.
Cuando llegamos, al principio nadie habló del motivo del viaje, durante dos días, frente al inconmensurable impacto del aroma vegetal que nos rodeaba, de una selva exuberante y arrogante, actuábamos sin citar la razón fundamental de nuestra estadía en este sitio, tal vez extasiados por tanta belleza, regocijados por el encuentro con Jorge, su esposa una Holandesa hermosa e inteligente, su hijo Inti, un pequeño, de una amabilidad  sin cansancios, lleno de sinceridad y abierto siempre a compartir como un arco iris.
Mis hijos sufrían en silencio y muchas veces parecían no entender el viaje, ni menos el lugar, cada hecho de los últimos seis meses los había asaltado con una precocidad y tragedia insultante. El dialogo con su tío y conmigo les fue dando la apertura de la dimensión de nuestro propósito, lo sublime que era cumplirle a su madre y por este camino a entender sus razones, que se vuelven como guías silenciosas, como una luz que nos va confirmando que el espíritu de un persona nos acompaña en el recuerdo y que puede estar vivo por siempre, que de cierta manera nunca morimos.
Mi hijo Santiago había sido el custodio de las cenizas. Lo hizo con una naturalidad sorprendente, como si estuviera realmente con su madre, sin matices ni misterios, más bien con una dulzura admirable. Ahora que le íbamos a cumplir su último deseo pensábamos en su forma de ser, la manera como asumía sus compromisos, de amar en medio de las rutinas más simples, de estar, en una compañía a sus hijos permanente, total, era su razón de ser y de existir. Jorge ya había escogido el sitio donde sembraríamos el árbol, en el pico de una montaña desde donde se divisiva el bosque imponente, la ciudad de Santa Marta y parte de la bahía.
Hay actos que requieren un ritual, cierta solemnidad, subimos hacia la montaña en silencio, como en una procesión, tal vez cada uno pensaba en Ana a su manera, en lo individual cada relación siempre es diferente, cada quien tendrá una manera de recordarla y vivirla. Pensaba que después de este acto había una especie de aceptación sobre su partida, que la recordaríamos de otra manera, pero que definitivamente ya no la tendríamos más. Miraba el horizonte mientras Jorge y mi hijo cavaban el sitio donde se enterraría el árbol junto con sus cenizas. En ese momento sentí su presencia, su mirada sosegada, sus grandes ojos negros y bellos llenos de dulzura, la firmeza de carácter, su manera de ser contenida, reservada, la vitalidad para afrontar lo indecible, el amor inconmensurable por sus hijos. De pronto Jorge esparcía las cenizas y llenaba de tierra el sitio dejando el arbolito mirando el horizonte y pensé que ahí estaba Ana en todo su esplendor, con esa paz que expresaba cuando estaba alegre, con esa sonrisa repentina después de la frase inteligente que le caracterizaba.

Durante quince días le visitamos llevándole agua, en lo particular me sentaba a su lado a mirar el horizonte y a pensar en lo corta que es la vida. Recordé el texto que me hizo leer mi padre muy joven “De la brevedad de la vida” de Seneca y pensaba en lo poco conscientes que somos de esta realidad. Regresamos el primero de enero, con la tranquilidad que nos brindaba los últimos días, siempre meditando sobre lo que será nuestra vida en adelante.  Estos fueron los hechos que marcaron el último Adiós a Ana.